Acaba de editar la novela ‘Pensión de animales’ (Estuario Editora) y comienza este viernes una gira de presentaciones por el interior del país, junto al escritor Martín Bentancor, que presentará su libro ‘El Inglés’. HOY CANELONES dialogó con este interesante autor que, además, conduce de lunes a jueves, en Radio Uruguay (1050 AM), el programa ‘La Máquina de Pensar’
¿Por qué optó por el universo de una pensión para ubicar la trama del libro? ¿Cuál es su vínculo con ese tipo de espacios?
Nunca viví en una pensión. Sí tuve amigos del interior que
vivían en pensiones del barrio Cordón, en Montevideo, y que no se parecen en
nada a la de la novela. No está bien que un escritor aclare demasiado el
misterio, pero bueno, te voy a decir un secreto: viví en un edificio de la
Aguada, cerca del puerto, donde había una señora chusma que vigilaba a todo el
mundo. Era viuda de un policía, amenazaba con llamar a los militares en tiempo
de dictadura y tenía un nombre premonitorio: Justa. Doña Justa, pero eso no tiene
nada que ver con la novela.
El libro fluctúa entre el realismo más descarnado y una
suerte de pátina entre onírica y sobrenatural, especialmente por la presencia
del ángel… ¿Es consciente de esa suerte de híbrido o no le interesa destacarla
en lo más mínimo?
No me interesa destacarla en lo más mínimo. Pasado el
tiempo, cuando leí la novela, me impresionó el aire mágico, tipo cuento
tradicional de hadas.
¿Qué repercusiones le han llegado de parte de los lectores?
Varias y todas muy valiosas. Sorprende un poco, eso sí,
tanto entusiasmo. Desde Circe Maia, que leyó los originales y dijo ‘La leí de
un tirón, no podía dejarla’ (o algo así) hasta una amiga escritora, Paula
Brecciaroli, que, sin que haya un solo dato en la novela, dijo que la pensión
está en un barrio montevideano cerca del puerto. No sé cómo pudo saberlo ni sé
cómo ocurren esas cosas. También comparó a la pensión con un organismo,
mientras que otra lectora, la actriz Fabiana Melegatti, la comparó con el
cuerpo de Laura, la protagonista. Otro comentario llamativo fue el de Rafael
Courtoisie, quien dijo que era una creación diferente en el panorama actual,
porque iba por un camino que no suele transitarse.
¿En qué está trabajando ahora?
En cuentos. Tengo una novela corta por la mitad, una especie
de thriller parapsicológico. Para mí, ‘Pensión de Animales’ es un drama
existencial metafísico y la novela anterior (‘La huida inútil de Violeto
Parson’), una novela rural onírica. Me hace gracia ponerle tantas etiquetas.
¿Cómo convive su rol de comunicador, en un programa radial
dedicado a la literatura, con su propia creación? ¿Se retroalimentan o las
trabaja como compartimentos estancos?
Intento que sean estancos, haciendo una literatura que no es
erudita, ni de referencias, ni metaliteraria. En esto soy, o mejor dicho era,
muy dogmático. Pero en la ‘Pensión’ agregué toda una historia que gira en torno
a las principales ideas de Swedenborg. Pensé que al final la quitaría, que
quedaría mal, impostada o hueca, pero cuando pasó el tiempo y volví a leerla vi
que no, que funcionaba bastante bien. Imagino que uno se nutre de todo lo que
hace, pero nunca o casi nunca directamente. Graham Greene decía que bebía para
que olvidar las buenas experiencias, porque “el olvido es el pasto de la
imaginación”.
¿Cuál es su expectativa de cara a la gira de presentaciones
por el interior que comenzará el próximo fin de semana?
Grandes, muy grandes expectativas. Vamos a ir con el amigo
Martín Bentancor a Fray Bentos, Young, Salto, Bella Unión, Melo y Paysandú. Y
seguramente algún lugar más, como Tacuarembó. O eso espero fervientemente. La
idea es que circulen dos novelas que ganaron sendos premios nacionales de
literatura, esos que otorga cada año el MEC. Además, yo nací en Fray Bentos, y
este es el primer libro que presento ahí, este viernes, así que imaginen cuánta
expectativa.
Viviana Negredo
http://hoycanelones.com.uy/web/2015/09/10/con-el-escritor-pablo-silva-olazabal/