"Hasta la cinta de llegada" de Miguel Motta

Una vieja cuestión en un nuevo formato

La novela Hasta la cinta de llegada (ed. Banda Oriental) es en la superficie el diario de un atleta de alta competición. En él se cuentan la vida dentro de la villa olímpica, en los diez días previos a la competencia final de un deporte (inventado por el autor en un futuro cercano) del cual no conocemos las reglas.
Se trata de los Juegos Leonardo Da Vinci, celebrados rotativamente en ciudades del mundo (entre ellas, Roma, Londres… y Salto), que requieren fuerza, destreza y velocidad por partes iguales. Es un deporte extremo donde lo físico y también lo mental es llevado a límites casi inhumanos.
En su forma y en su ambición, la novela planta como un thriller de alta tensión donde el capitán del equipo debe averiguar  quién es el traidor de su equipo que está filtrando información vital a los rivales.
Como ocurre en los deportes masivos, estos particulares juegos olímpicos –donde participan equipos de élite integrados por atletas, artesanos y ¡carpinteros!– son transmitidos en vivo y en directo a todo el planeta. Hay mucho dinero en juego, además de intereses nacionales e internacionales. Todo se traduce en muchísimas presiones para mejorar el resultado con las últimas drogas de diseño, que actúan a nivel genético (un dato sacado de la realidad), lo que plantea necesariamente dilemas éticos y morales que remiten una y otra vez a la vieja cuestión de si el fin justifica los medios. Estos dilemas actúan sobre la integridad del protagonista hasta límites tan dolorosos como los provocados por la propia competición.

Aunque no transcurre en el presente sino dentro de unos años, no estamos frente a una novela de ciencia ficción. Más bien se puede hablar de una obra de anticipación, donde las drogas genéticas (que en la actualidad ya han comenzado a aplicarse y que es posible se generalicen en el futuro) son una realidad tan tangible como la globalización del deporte y su transformación industrial en espectáculo para las masas.
Esta novela obtuvo el XIX Premio Nacional de Narrativa Lolita Rubial “Narradores de la Banda Oriental”, y puede hallarse en librerías.