
Porque en todas partes la gente que -más o menos- piensa se hace las mismas preguntas ¿hacia dónde vamos? y ¿por qué tan rápido, a nadie le molesta?
La película demuestra que el corte es etario y no geográfico: las nuevas generaciones no piensan así, no se cuestionan, simplemente se zambullen y avanzan con el tradicional (y potente) argumento de "no hay otra, es así". Aunque no lo digan, todos sospechan que tienen razón.
En el medio de una historia que avanza a varias bandas, hay perlas como la definición de postverdad ("significa que permitir que la gente viva en un universo ficticio determinado por sus prejuicios") o el anuncio de que los críticos literarios van a ser sustituidos por un algoritmo "que acierta más con el gusto del público".

En fin, se podría seguir enumerando asuntos y temas que muestra una película redonda, que no se plantea ser un gran película; apenas una crónica posible del espíritu de estos tiempos. Si bien todos el elenco aporta la misma fluidez, Juliette Binoche destaca porque se ríe de sí misma y aporta la naturalidad justa para una película que quiere avanzar en la cotidianeidad más sencilla -que nunca, y esto no habría que aclararlo, es simple.
A las puertas de la tercera década del siglo XXI todos, parece decirnos Assayas, vivimos (aunque sea en la fantasía de nuestras mentes y pantallas) unas vidas dobles.
Título original: Doubles vies. Duración:107 min. Dirección y Guión: Olivier Assayas.
Reparto: Juliette Binoche, Guillaume Canet, Olivia Ross, Christa Theret, Antoine Reinartz, Pascal Greggory, Violaine Gillibert, Vincent Macaigne, Nora Hamzawi