Tomás de Mattos (1947-2016)



caricatura de Jaime Clara


Se nos fue Tomás de Mattos, un gran escritor y mejor persona; su salud nunca fue buena, pero salvaba las crisis con una templanza envidiable que nos hacía pensar que iba a vivir siempre. Era, de alguna manera, el Flaubert uruguayo. La Fragata de las Máscaras (una reescritura espejo del Benito Cereno, de Melville) o Las Puerta de la misericordia son alguna de sus grandes novelas; era un flaubertiano que vivía la literatura como un exceso y que brilló también en lo breve: Trampas de barro es uno de los mejores cuentos uruguayos de los últimos cincuenta años. "Cielo de Bagdad" es una nouvelle que funciona muy bien. Sobre todo rescato que sus personajes no son juzgados por lo "políticamente correcto"; es más, no son juzgados porque siempre son una mezcla, como le gustaba decir, "del barro y la estrella" (otra vez citando a Melville). Lo oí contar una vez que un lector de "Bernabé, Bernabé" lo felicitó porque la novela "justificaba lo hecho por Rivera" (es decir, la matanza de los charrúas (!). No había comprendido (tampoco lo entendió Washington Lockhart, que tildó la novela de antiartiguista) que el narrador no juzgaba a sus criaturas sino que las dejaba actuar, sin hacer trampas, siendo honesto con ellas. Es decir, mostrando la amplia gama de causas e intenciones que gobierna cada uno de nuestros actos.