El ángel borracho
Es un ángel del dios de los mezquinos,
borracho de oraciones y lamentos:
no deja de beber los pensamientos
de los tristes y toscos inquilinos.
Ya no combate contra los cretinos
que habitan los rincones más mugrientos
de una oscura pensión cuyos cimientos
padecen los temblores del destino.
Porque vivir es un veneno amargo,
un veneno lento, seco y profundo;
pero hoy con rebeldía, sin embargo,
se eleva fastuoso y nauseabundo,
sus torpes alas vencen el letargo
y al salvar a Laura, salvan al mundo.
© Javier Etchevarren 2015