Dos impresentables frente al (inevitable) tesoro


The trust (2015)
Nicolas Cage y Elijah Wood son dos policías de Las Vegas bastante impresentables en una ciudad donde el aprecio a la ley no es precisamente el rasgo dominante. No son corruptos sino más bien sencillamente mediocres y con una mentalidad marginal, cercana a la estulticia lisa y llana (como lo suelen ser los delincuentes y policías de Tarantino). La historia transcurrirá por momentos previsibles pero desconcertantes por sus giros y desenlaces. Arranca casi como una comedia paródica (donde uno puede concluir que la inteligencia es un bien escaso en todo el departamento de Policía de Las Vegas) donde en 5 minutos se pinta bien los dos personajes principales (casi toda la película son ellos). 

Aparece, en uno de sus últimos papeles, un Jerry Lewis envejecido y casi desconocido. Le bastan solo en un par de escenas para retratar un personaje sólido y desengañado, de trasfondo amargo, como padre del personaje de Nicolas Cage, antes de que la trama se vaya por lugares menos claros pero con el mismo nivel de bajo coeficiente intelectual.
Mención aparte es el paisaje, los barrios bajos y las zonas-dormitorio de Las Vegas, por primera vez desprovista del neón y del glamour barato que la caracteriza:  en muchos momentos parece una ciudad fronteriza, una suerte de Chuy en el desierto de Nevada. Nicolas Cage vuelve a demostrar que Las Vegas le da suerte artística, sobre todo cuando le brindan un papel complejo y sin recetas; sorprende su naturalidad interpretando al "yanqui común" que intenta ser policía en una ciudad donde los camareros ganan más con sus propinas que cualquier guardián de la ley. Elijah Wood hace de él mismo o más bien de casi todos los papeles que ha hecho en los últimos años: es un tipo amoral, desganado, que puede estar para cualquiera aunque en el fondo...
No se trata de un policial de Tarantino pero es, por muchas razones, una película inesperada, con guión y dirección de los hermanos Alex y Ben Brewer que se puede ver en Netflix.